Dentro de un fútbol cada vez más competitivo en las categorías —mal llamadas— modestas, los jugadores de Almería que recorren los kilómetros necesarios para volver a sentirse importantes dentro de un rectángulo de juego aumentan.
El último ejemplo es Damián Jiménez, pero ni mucho menos será, con casi total seguridad, el último. Pese a que, en la actualidad, hasta cinco equipos de la provincia militan en algún grupo de Tercera División, algunas promesas han emigrado para después regresar con mayor experiencia.
El Poli Almería es un gran ejemplo, puesto que siempre ha creído en el ‘sentimiento de pertenencia’ y nutre a su plantilla de numerosos futbolistas almerienses. Sin embargo, la coyuntura económica le impide —pese a que ellos quisieran lo contrario— poder encontrar cabida a todos los que tienen que emigrar temporada tras temporada.
De hecho, el conjunto rojiblanco de pantalón azul lo vivió en el pasado mercado de invierno. Por aquel entonces José Enrique era su máximo goleador y cogió las maletas para vivir una experiencia en el Arenas de Getxo antes de regresar a su tierra para militar en el Almería B, llegando a entrenar y jugar amistosos con la primera plantilla.
No es el único caso. El propio Poli Almería ha logrado el retorno de uno de los mejores guardianes de la portería que conoce la Tercera División, Hugo Guil, que está ya jugando a las órdenes de Álvaro García en pretemporada.
Tras su paso por Huércal y Alquián, Hugo recorrió España y dejó buenas actuaciones en algunos equipos históricos como el Águilas. Ahora, después de una estancia en Ibiza, el destino le devuelve el protagonismo en Almería.
Son innumerables los casos. Jugadores de todas las posiciones y entrenadores, como Jorge Garcés, que han recorrido los campos de césped artificial o tierra de los barrios y pueblos provinciales.
De entre todos, sin duda, el que destaca es el de Antonio Jesús Camacho Díaz, ‘Pito’. Hasta dos ascensos a Segunda División, con Cultural Leonesa y Mirandés, abalan su carrera exitosa en el escalón previo al fútbol profesional. Los aficionados de la Balompédica Linense tendrán la oportunidad de verle en acción.
El último, de momento, es Damián Jiménez. El lateral izquierdo, que no ha gozado de demasiados minutos en el Almería B porque llegó en el momento de explosión de Iván Martos (ahora en el primer equipo de la UD Almería), ha recorrido los más de 600 kilómetros que separan su natal Huércal de Almería de Ávila para continuar su carrera en el grupo VIII de Tercera División.
Los seguidores del Real Ávila pudieron verle en acción nada más aterrizar. Él, ante los medios de comunicación, demostró su ambición. «Soy muy seguro en defensa. La banda izquierda la voy a tener cerrada y si tengo que subir lo haré», exclamó antes de marcar como objetivo el «ascenso a Segunda División B».
UD Almería B, CD El Ejido, Polideportivo Almería, Huércal Overa y Pulpileño son testigos directos de que el fútbol almeriense puede tener un gran protagonismo en una categoría cada vez más complicada como la Tercera División, llegando, incluso, a ocupar posiciones avanzadas o llegar a Segunda División B.
En las filas de estos equipos, un gran número de jugadores nacidos entre las fronteras almerienses tienen la oportunidad de seguir ligados a una división nacional. A su vez, la provincia puede sacar pecho de que los jugadores nacidos en Almería paseen el fútbol de la provincia en clubes míticos y lleguen a ser protagonistas en las diversas alineaciones.
El turno ahora es de Damián Jiménez (y otros muchos), en un histórico como el Real Ávila, pero habrá que estar muy pendientes a los jóvenes que volverán a llevar el nombre de Almería por los campos de fútbol españoles.
El gran nivel de aprendizaje de este deporte en las categorías inferiores de esta tierra es lo que permite que en el resto del país no duden en contar para sus equipos con personas que llevan en su DNI Almería como lugar de nacimiento.